EL PAPEL DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA CONVIVENCIA
Los Derechos Humanos son
ganancias sociales de la humanidad, se han construido a lo largo de la
historia, especialmente en los últimos 2 siglos en los que se han presentado
grandes avances y cambios en el contexto mundial. De acuerdo a al Alto
Comisionado para los Derechos Humanos, estos se definen como: “…derechos
inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad,
lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o
cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin
discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes
e indivisibles.”(Alto
Comisionado para los Derechos Humanos).
Los derechos humanos reconocen
a los titulares de derechos, es decir, quienes ejercen y realizan sus derechos,
así como aquellos garantes y responsables de defenderlos, protegerlos y
fomentarlos. Aplicados de manera práctica, permiten establecer unos mínimos para que las personas tengan una vida digna y
convivan unas con otras.
Surgen desde una concepción
individual, pero gracias a su evolución y desarrollo se han convertido en
normas sociales colectivamente aceptadas. Al respecto dice Maturana (1993): “Los
seres humanos somos seres sociales: vivimos nuestro ser cotidiano en continua
imbricación con el ser de otros”. Desde la perspectiva individual, los seres
humanos vivimos nuestro ser cotidiano como un continuo devenir de experiencias
individuales e intransferibles. Ser social y ser individual parecen
contradicciones de la existencia" En efecto, la convivencia, el convivir
con otros, implica restringir libertades individuales para lograr garantizar el
desarrollo de la sociedad en general; como sabemos “el bien general prima sobre
el bien particular” premisa que se tenía incluso desde los planteamientos
realizados por Platón citado por Martínez (2011) en su obra La Republica y a la
cual le es fiel incluso Nicolás Maquiavelo en El Príncipe, su obra más reconocida
en la que plantea: “justifica los medios inmorales sin con ellos se puede
defender el interés común”
Para establecer una relación
entre los DDHH y la convivencia, es necesario hacer las siguientes preguntas: ¿Cómo
se puede ser libre cuando la libertad individual atenta contra la libertad de
la sociedad? ¿Cómo convivir con otros cuando, en aras de mi propia comodidad,
(pues vivo en un país “libre”) atento contra la comodidad de otros lo que me
lleva a que en algún momento tengan que cohibirme de vivir en comunidad
quitándome incluso mi propia libertad?
Debido a esta contradicción,
tan antigua como la sociedad misma, los seres humanos nos hemos visto en la
necesidad y más aún, en la obligación, de crear normas claras de convivencia
que regulen la estadía en comunidad. Esta fue una de las razones que generó el
surgimiento de los DDHH, que desde su concepción básica, pueden considerarse
como normas fundamentales que defienden la dignidad humana y propenden por
elaborar un marco que permite establecer las bases para una convivencia pacífica, entre las personas y las sociedades, bajo
unos principios de libertad e igualdad. Estos derechos se positivazan en las
leyes institucionales, se convierten en acuerdos sociales y en normas éticas
que cada persona debe conocer y aplicar.
La crisis del capitalismo en
los años 30, nacida del jueves negro en Octubre de 1929, “castigó a todos los
estratos de la sociedad en cada país (…) los costos del “ajuste” económico
fueron asumidos principalmente por los desempleados en la ciudad. El record en
términos de desempleo fue verdaderamente aterrador (…)”, Echavarría (1989) Esta
situación derivó en el surgimiento de movimientos nacionalistas al interior de
los países, el fascismo, que a la postre nos llevaría a la nefasta segunda
guerra mundial. Una vez terminada esta confrontación se da origen a la
formación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) quien posteriormente
proclama la declaración de los Derechos Humanos.
Los derechos humanos desde
sus diferentes categorías: civiles y políticos, económicos, sociales y
culturales, colectivos y de los pueblos, tienen como fundamento básico el
establecer unos mínimos para crear un ambiente de convivencia entre los
habitantes de las naciones que así decidan adoptarlos. Los derechos cuentan con
una carga ética y subjetiva, por lo que su aplicabilidad se vuelve subjetiva de
acuerdo a las concepciones de cada persona y colectivo.
Desde la perspectiva de la
convivencia, los derechos humanos propenden por el reconocimiento del ser
humano como sujeto de derechos en pleno uso de su dignidad. Esto implica un
autoreconocimiento propio y el reconocimiento del otro como igual en derechos
pero diferente en su manera de asumir la vida. Permiten asumir la diversidad
propia de la especie humana, la libertad del individuo y la transformación de
los conflictos naturales de nuestra especie.
En nuestro país, la
constitución política es el principal elemento que permite el ordenamiento
jurídico de la nación. En este documento se recogen las principales normas y
acuerdos políticos que permiten regular y generar un marco de referencia y un
techo legal sobre las actuaciones de todas las instancias del Estado
colombiano. Está construida bajo los principios de los derechos humanos, de
hecho, el país se reconoce como un “Estado Social de Derecho”, lo que implica
la transversalización de los derechos
humanos en toda la estructura e instituciones del Estado. Nuestra constitución
permite normativizar las actuaciones de los habitantes, las instituciones y
todas las instancias del Estado. Esto implica que establece un marco para
convivir, una normatividad implícita y explicita que ordena la manera en que
nos relacionamos unos con otros y con el contexto.
En el contexto Colombiano es
posible identificar acciones positivas en torno a los derechos humanos, un
ejemplo de esto son las comunidades indígenas que han logrado grandes avances
en su reconocimiento cultural, permitiendo legitimar sus prácticas en el mismo
espacio geográfico donde convergen, mestizos, afro descendientes, ricos y pobres.
De la misma manera, las comunidades afro descendientes a pesar de que sus
territorios están sumergidos en la pobreza y abandonados por el gobierno
central, han logrado a través de sus
tradiciones culturales, el reconocimiento que por tanto tiempo no se tuvo
presente.
De la misma manera, la
comunidad LGTBI que ha vivido sumergida en la oscuridad de la intolerancia, se
ha visibilizado y ha ganado cosas desde lo legal, que antes ni si quiera era
posible pensar, debido principalmente al
carácter tradicional y conservador de la mayoría de la población. Sus
reivindicaciones en la actualidad son públicas y han ganado respeto, tolerancia
y reconocimiento, acciones propias de una convivencia que si es cierto todavía
no es fácil si ha empezado a concienciar a sus detractores.
Lo anterior demuestra que la convivencia parte de la garantía de los
Derechos Humanos, que buscan el desarrollo de la sociedad partiendo de la
libertad del individuo, garantizando su dignidad, sus derechos políticos y
civiles, pero sobre todo el pleno desarrollo de su personalidad sin reñir con
el bien- estar común. El papel de los derechos humanos en la convivencia es
claro: sin derechos humanos no hay convivencia y el estado debe garantizar su
cumplimiento para que la sociedad pueda desenvolverse de manera adecuada y
logre sus metas de desarrollo y avance material, intelectual y hasta
espiritual. El cumplimiento de los derechos humanos por parte del estado y de
otras organizaciones legales e ilegales debe ser tarea de todos y cada uno de
los miembros de las sociedades, pues está en juego su dignidad y su futuro.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Echavarría, J. J. (1989).
Aspectos Internacionales de la crisis de los años 30". En J. J.
Echacarría, Nueva Historia de Colombia (pág. 107). n.d: Planeta.
Humanos, A. C. (n.d de n.d
de n.d). Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Obtenido de
Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos:
http://www.ohchr.org/SP/Issues/Pages/WhatareHumanRights.aspx
Martínez, J. A. (2011). El
poder, bien común y los intereses individuales. EUMEDNET, n.d.
Maturana, H. (1993). Desde
la Biología a la Psicología. n.d: n.d.
CUADRO SINÓPTICO
COLLAGE
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